Gràfiques Raventós Suau

Priscila de Sousa Soares

Extremamente decepcionada con el trato que he recibido la gran mayoría de las veces que he pagado por sus servicios. Lo cierto es que los muchachos que allí trabajan, cuando con ellos he coincidido, siempre me han tratado bien. Sin embargo, cuando ha gestionado mis pedidos la señora que atiende en el mostrador (quien suele atender a la clientela), el trato ha sido ominoso, muy desagradable. Es una pena que trate con el público una trabajadora que carece de don de gentes, alguien que logra hacer que el cliente se sienta incómodo, en vez de acogido. A pesar del pésimo trato que he recibido por parte de ella, seguí insistiendo en pagar por los servicios de la empresa: sabemos que cualquiera puede tener un mal día, pese a que creo, a su vez, que un buen profesional sabe dejar sus problemas o mal carácter en casa y hacer bien su trabajo, que en este caso es atender al público, no maltratarlo. Hace pocos días volví a acudir a ellos para imprimir un archivo. Sin una sonrisa amable ni los buenos días de rigor que cualquier dependiente debería brindar a un cliente, empezó a preguntarme por una serie de datos técnicos que yo no dominaba: de hecho, uno de los motivos por los cuales allí estaba yo era para que me A-SE-SO-RA-RA, no solo para imprimir el documento, cosa que podría haber hecho en mi domicilio con mi propia impresora. Me dijo, literalmente, que no sabía hacerlo (calcular unas proporciones, algo sencillo para un trabajador de imprenta). Me prestó (porque se la pedí, no porque me la ofreciera ella) una regla para que tomara yo las medidas. Yo no sabía ni por dónde empezar. Le pedí ayuda, le dije claramente que yo no sabía cómo hacerlo, a lo que ella respondió: "Yo tampoco". Y se quedó cruzada de brazos y con la mueca de siempre, una mueca que, en otra ocasión, se vio acompañada de la siguiente frase: "No tengo tiempo de hacer lo que me pides: tengo mucha faena". Ante tamaño descaro y poco cuidado en el trato que me ofrecía, decidí que ya había tenido bastante. Le dije que si ella prefería ya me iría yo de allí y no volvería a molestarla. Ni un "perdón, no pretendía ser desagradable/borde/maleducada". Y ya para ponerle la guinda a este exquisito trato, añade: "Que sepas que los colores pueden salir alterados. Tenemos una impresora nueva y a veces la impresión sale rara y no sé por qué, tiene una configuración diferente". Un médico que desconoce los medicamentos que receta, un profesor que no domina los conocimientos de su materia, un policía que no conoces leyes ni sabe emplear el arma que le confían, un cocinero que no sabe si los alimentos que maneja están en buen estado o no... ¿Os parecería normal? Pues a mí tampoco me parece ni normal ni profesional que en una imprenta el trabajador no sepa nada sobre la nueva máquina que han adquirido y que se conformen en decirme: "Puede que salga mal, es lo que hay". Si este mensaje cae en manos de alguien que no sea ella, deseo y espero que a ella le hagan llegar una soberana bronca por tratar mal a sus clientes. Por desgracia, muchas veces quien peor te trata en una empresa cualquiera es también el encargado o propietario. Así que no tengo fe de que ella cambie su actitud y que, menos probable aún, se disculpe por el mal rato que ha hecho pasar allí una clienta. Tengo la esperanza de que quienes leáis esta reseña optéis por escoger otra imprenta, cualquiera donde nos traten bien, con la humanidad y amabilidad que merecemos todas las personas, sobre todo si nos dejamos nuestro dinero en ese lugar. Como alternativa, os recomiendo las dos tiendas Alpi del pueblo: allí me presenté después de decidir que no volvería a Raventós Suau y la atención que recibí fue impecable, exquisita.

Nelida Noemi Acuña Costas

Una atención exquisita.. vuelvo y recomiendo

David M. Trallero

Será que no he tenido suerte pero no he recibido un rato especialmente bueno las veces que he ido. Algunas de las impresiones que encargué no salieron correctamente

Edward Brown

Gente amable. Servicio eficaz. Precios economicos.